Ritual de la felicidad

Ritual de la felicidad.

   Nos pasamos la vida en busca de la Felicidad, esa palabra tan ansiada, tan buscada, tan perseguida, tan esforzada, tan frustrante, tan incomoda, tan luchada, que al final del camino . . . nos pasamos la vida sin encontrarla.

   Y si nos fijamos, quizás si dejáramos de buscar, aparecería, o estaría más cerca de lo que pensamos...

   Muchas personas nos preguntamos, ¿qué podemos hacer para ser más felices o cuál es el secreto de la felicidad?, si es que existe algún secreto que podamos descubrir y poner en práctica para cambiar nuestras vidas y sentirnos más satisfechos y felices.

   Para alcanzar la felicidad, muchos miramos al futuro, pensamos en lo que no tenemos, en lo que deseamos, lo que queremos ser, y peleamos a con todas nuestras fuerzas para conseguirlo y sentirnos felices.

   Otros por otro lado solo volvemos la cabeza atrás y miramos al pasado, lamentando todos los errores que hemos cometido, lo que hemos perdido, nos culpamos, castigamos, y nos repetimos una y otra vez que si lo hubiéramos hecho de otra forma seguro! seríamos felices, olvidándonos que el pasado no lo podemos cambiar, solo aprender de él.

   El problema, es que la felicidad no existe ni en el futuro ni en el pasado. Es un estado emocional e interno, tan momentáneo y presente que solo podemos vivirlo en el el ahora. Podemos recordar un momento puntual, algo que nos llenó de ilusión y felicidad, o pensar en lo que está por venir, y eso nos hace sentir internamente bien, pero por un instante, ya que eso pasó y si tiene que ser vendrá, y confundimos esos instantes con la felicidad.

   Buscamos el camino, el proceso, las necesidades y las cubrimos diariamente. Comer algo que nos encanta, tener dinero, ropa nueva, caprichos, tener pareja, estabilidad, risas, rebeldía, hacer deporte, ver nuestra peli favorita, nuestro libro recién comprado, una cena con amigos, un masaje, un viaje, descubrir países... y un largo etcétera... Pero aún así, ¿que pasa?

   Solo os hago una pregunta, ¿ nos paramos un segundo, dejamos de correr delante de lo que no queremos y detrás de lo que deseamos, nos sentamos, nos miramos dentro, muy dentro, tan dentro que no te encuentras, y … a ver que pasa . . .?

Os propongo un ritual muy sencillo:

   Nos levantamos pronto llenos de energía y paz, respiramos, desayunamos solos o con quien tengamos al lado, pensamos en nuestro día, en lo ricas que están las tostadas, el aguacate que nos estamos comiendo, y nos damos una buena ducha, nos amamos, nos queremos y salimos a la calle con una gran sonrisa.

   Soñamos despiertos y dormidos con lo que ya sentimos que es nuestro, no lo deseamos, solo soñamos y sonreímos porque sabemos que llegará. Te cambio ese churrasco grasiento, por una comida rica en nutrientes, un buen trago de agua, esa que tanto nos refresca y limpia por dentro y por fuera, y nos hacemos asiduos y seguidores acérrimos de nosotros mismos, de esas sensaciones. Y creemos en todo lo que cada cual quiera, pero sobre todo en nosotros!.

   Damos, agradecemos lo que cada instante del día nos da, nos llenamos de gente que queremos, y sino buscamos ese trocito de nuestro compañero de trabajo que seguro que tiene, que no es tan malo.

    Dejamos la ignorancia aparcada y somos respetuosos y abiertos a todo tipo de opiniones y formas de vivir, siempre escuchando con objetividad y una mente abierta y sencilla.

   Y al final del día o a mitad, o al empezar, nos sentamos un ratito a meditar, o solo a escuchar algo bonito, algo que nos de paz, nos relaje y nos haga mirar dentro de nosotros mismos sin forzarlo, como algo natural, aunque no siempre sea bonito lo que veamos, pero seguro que algo aprendemos, y respiramos...

   Das un gran abrazo a tu hijo, padre, pareja, abuela, amigo, ese vecino solo, o esa mujer que se sienta a mirar la vida pasar, y sentimos...

   Hasta caer en nuestra cama con paciencia, con dulzura, con esa sonrisa que se dibuja en la cara de un niño porque si, y cerramos los ojos para seguir soñando y mañana volver a empezar . . .

Liberemos nuestro corazón de tanto odio, de tanto rencor, y tristeza.

Liberemos nuestra mente o ayudémosla de tantas preocupaciones y hagamos lo que tenemos que hacer.

Vivamos humilde, sincera, pacíficamente.

Demos sin esperar.

Y quizás, solo quizás, seamos felices sin necesidad de nada más.

Un abrazo a todos.